Por: Luis Felipe Varela
Según las cifras, existimos unas cuantas más de 7 mil millones de personas habitando un planeta llamado tierra, sin embargo… ¿realmente vivimos en un mismo mundo?
En algún libro leí (no me quiero equivocar pero creo que fue en el de El Monje que vendió su Ferrari) que no vemos al mundo como es, sino como somos. De verdad que esas líneas me dejaron reflexionando y mi conclusión fue que tiene todo el sentido, al menos en mis pocos años de existir, al hacer una retrospectiva a mi vida, creo que he vivido en varios mundos diferentes, al nacer y pasar mis primeros 11 años de vida en un pueblo muy pequeño y poco desarrollado, mi mundo era bastante limitado, tanto que, como mis padres son médicos, simplemente daba por hecho que esa sería mi profesión (por el bien de mis potenciales pacientes, no fue así) en mis últimos años escolares tuve el privilegio de estudiar en una Universidad privada de las más reconocidas en mi país y sin darme cuenta, mi mundo había cambiado totalmente, creo incluso que ahora en mi etapa productiva vivo un mundo que no todos habitan.
Al final, considero que gran parte de lo que define el mundo en el que vivimos, como bien dicen las líneas ya citadas, es cómo somos, cuáles son nuestras creencias, nuestros valores, nuestro propósito, prioridades, etc. En otras palabras, cada uno define su mundo, te has preguntado entonces ¿Cuál es tu mundo? ¿Es el mundo en el que realmente quieres vivir? ¿Es el mundo que te permite desarrollarte al máximo? ¿Es el mundo en el que puedes lograr todos tus propósitos? Porque si no lo es, la buena noticia es que ¡puedes cambiarlo!
El reto es que para que tu mundo cambie, debes cambiar tú y eso requiere de una fuerte disciplina que no todos tenemos y a un nivel más profundo debes sincerarte y descubrir si tus principios, valores, creencias, todo lo que te compone, lo definiste tú con total convicción o simplemente lo diste por hecho. Por ejemplo ¿Cuántas religiones se profesan en este mundo? ¿Cuántas profesas tú? ¿Será la buena? Planteo esto porque a veces encuentro personas que pareciera que su religión básicamente es producto de la geografía, es decir, como nacieron en Brasil, y su familia profesa tal religión, ellos básicamente la adoptan, pero entonces, ¿Qué hubiese pasado de haber nacido y crecido en Indonesia? ¿Ó en Japón? ¿O en la República del Congo? Pero algunas creencias tienen un carácter más universal, como por ejemplo, la forma en que manejan su negocio varios dueños de empresa.
Tengo un amigo que recientemente abrió un negocio en una zona diferente a donde tiene su casa y la mayoría de sus actividades. Teníamos una reunión semanal con un grupo de amigos a la cual él tiene un tiempo que no ha logrado ir, curiosamente, el mismo tiempo que tiene de haber abierto su negocio, pues ahora pasa mucho tiempo en él, cuando le pregunté qué opinaba él mismo de su situación me respondió: “Qué quieres que haga, ni modo, el que quiera tienda que la atienda”. ¿Te suena familiar esa frase? ¿Has escuchado a dueños de negocios expresarse de alguna forma similar? ¿Cómo está su vida? ¿Qué tanto tiempo libre tienen? ¿Qué opina su familia al respecto? ¿Será que esa sea la única forma y sea el único mundo disponible para los dueños de negocios?
Si es así, mi admiración por empresarios como Richard Branson, tendría que cambiar a un sentimiento de compasión, ¡Debe tener una vida miserable atendiendo sus más de 300 empresas! ¿O será que vive un mundo diferente al de mi amigo?
Hace poco escuchaba a uno de nuestros ActionCOACHes que les preguntaba a los poco más de 50 participantes de su seminario si conocían dueños de negocio que trabajaban más de 12 horas al día o tenían que estar viajando constantemente visitando las instalaciones internacionales de sus empresas y muchos respondieron que sí conocían empresarios así, pero después preguntó también si conocían empresarios que tenían empresas más o menos del mismo nivel que los anteriores, pero se la pasaban jugando golf o su deporte favorito, no se perdían ningún evento familiar importante e igualmente viajaban constantemente, sólo que en familia y por placer… y la respuesta afirmativa fue prácticamente la misma… ¿entonces?
Hay una frase de Eric Heller que me gusta mucho y resume lo que quiero decir “Ten cuidado de cómo interpretas el mundo, porque exactamente así es”. Lamentablemente, pocas personas son capaces de realizar este tipo de ejercicios por sí mismas, para los dueños de negocio que quieran realizar este análisis y que estén abiertos a hacerlo a través de un tercero preparado para orientarlos, sin duda, una excelente opción, es acercarse a su ActionCOACH más cercano.
Por otro lado, aquellas personas que llevan años en el mundo corporativo, han logrado formar una trayectoria exitosa pero están deseosos de aprovechar su experiencia y tener su propio negocio, para así lograr un poco de la vida que tienen para quienes trabajan, tal vez, conocer ActionCOACH pueda ser lo que requieran para darse cuenta que existe todo un mundo muy diferente y poco habitado fuera del mundo corporativo. Si alguno de estos dos casos es el tuyo, ¡Ponte en Action!
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